domingo, 6 de marzo de 2011

La Psicología Cristiana: Santo Tomás de Aquino.

Cuando se conoció la obra dd Aristóteles en Occidente, fueron muchos los pensadores que se esforzaron por concluir su naturalismo científico con las enseñanzas de la Iglesia. El más importante de estos pensadores, y el que ha ejercido una mayor influencia, ha sido Santo Tomás de Aquino. El llamaba a Aristóteles " El Filósofo".



  • Santo Tomás se propuso abordad todos los temas, incluida la psicología, desde una perspectiva filosófica, es decir, al margen de la revelación divina.
  • En la psicología siguió de cerca a Aristóteles, aunque dio también cabida a las opiniones de algunos escritores islámicos, especialmente a Avicena.
  • A Santo Tomás le interesaba, en mayor medida que a Aristótees o sus comentaristas no cristianos, distinguir entre las personas, que tienen alma, y los animales.

La actividad correspondiente a lo que en nuestros días se denomina Psicología 
fue desarrollada en modo eminente, aunque por supuesto diferente en su contexto, modalidad, resultados y objetivos, por Santo Tomás de Aquino en su dimensión de “humanista”. 

La afirmación que acabamos de formular contiene una tesis de la mayor importancia. En efecto, envuelve una gran cantidad de datos especulativos y valorativos acerca de su pensamiento y de nuestra situación actual, así como, en parte un proyecto de acción cultural. 



El casi instintivo rechazo que produce en algunos la aserción arriba consignada, por otra parte, no es independiente de los factores más profundos que determinan el desarrollo de la honda crisis en la que se encuentra la cultura cristiana y católica. En efecto, muchos ven aquí, con razón, un punto en el que se dividen las aguas respecto de la relación del cristianismo con la cultura moderna. Muchos, además, no quieren sacar las consecuencias que derivan en términos de combate cultural de admitir que Santo Tomás se refiere a la cosa misma a la que también se refieren Freud, Jung, Adle, Frankl. 



Por otra parte, el pecado original, del que Santo Tomás trata largamente en la Prima Secundae de la Summa, es el capital par entender la situación y el funcionamiento concreto de la vida de los hombres.  Todo lo que el hombre hace y padece, desde el más elemental sentimiento hasta la aceptación plena de la Redención de Cristo, está afectado por la referencia a ese drama del principio de la humanidad. Freud mismo, a su manera, da testimonio de que no se puede entender la vida humana prescindiendo de la culpa, y especialmente de la culpa original, de la cual para él el hombre no puede sino estar orgulloso, pues tomando consciencia de ella llega verdaderamente a ser lo que es, hombre racional. La presencia determinante de la culpa original en el mundo somete a éste, según toda la línea constante de la antropología teológica ortodoxa, hasta la del último Catecismo de la Iglesia Católica, al poder del demonio y de los demonios, que lo tienen esclavizado, obrando especialmente sobre la imaginación y la afectividad sensitiva, que son las facultades en las que se centra fundamentalmente la vida psíquica de la mayoría de los hombres.

No se trata pues, de un dato meramente teórico sino sólo para aquellos que no conocen profundamente el funcionamiento de la existencia concreta de los hombres, individual y socialmente considerados. Santo Tomás, entre otros grandes maestros de la auténtica sabiduría cristiana, puede ser una guía luminosa en este campo. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario